martes, 5 de marzo de 2013

-Diputación, y viva la diversión, por Teodoro León

Mientras se debate si hay que eliminar o no las diputaciones, en la Diputación de Málaga han proporcionado un argumento definitivo para conservarlas: sus shows irresistibles. Para la ciudadanía sería duro perder eso. Cuando ya apenas se puede ir al teatro y ni siquiera al cine, con las entradas a siete pavos, al menos quedan las gradas de la Diputación para disfrutar de los espectáculos descacharrantes de sus plenos.

Elías Bendodo, presidente de la Diputación, en un pleno
Una verdadera delicia. Desde las gradas confortables del edificio de 50 millones dotado de todas las comodidades, se puede pasar en grande con las galas mensuales de insultos, mentiras, insidias, broncas, arrebatos, calentones, exabruptos y refriegas. Es magnífico. El último pleno es de los que valen el precio de la entrada, considerando la entrada gratis.


No hay quien se resista a esos supershows con algo de circo, algo de teatro, algo de performance y mucho de pelea de locas en el barro; y esta vez, además del programa habitual de injurias y marrullerías, con el duelo colosal entre Caracuel y Conejo, un puteo tipo Jennifer Jones y Gregory Peck en ‘Duelo al sol’ pero con boina: Caracuel, la Nuria Espert de la Avenida de los Guindos, la Gran Dama del Ergotango, insultando a su rival como una vestal en trance; y Conejo mareándola con su amplio repertorio cómico de la mejor tradición española, Esteso, Xan das Bolas, Marianico el Corto, y sobre todo el gran Chiquito. El show de Diputación siempre ha tenido un nivelazo, pero ahora está mejor que nunca.

Esperanza Oña, del PP, hoy parlamentaria andaluza;
ayer gran animadora de los shows de Diputación
El programa de mano para el espectáculo es la prensa del día. Ahí se acusan de estafar, defraudar, malversar y mangar con la alegría de la gente de la farándula del carnet. La oposición arremete con el Vodevil de Sillón Ergonómico, esa trama pueblerina de mentiras y despilfarro; los mandatarios contraatacan por comprarse trajes, estilográficas y hasta palos de golf, equipándose para la temporada al grito de ‘Ya es primavera en Diputación’.

La oposición ataca con el chófer de 55.000 pavos del presidente; y los suyos replican con las camareras que le servían taquitos de jamón a Pendón a mediodía. También les acusan de repartirse “bolsas de dinero”, en vez de sobres como Bárcenas, con el estilo coherente de los bandoleros de la serranía, los nuevos currojiménez del presupuesto. Tienen tralla, y no caen en la tentación infantil de irse al juzgado de guardia; prefieren el show desopilante de ‘y tú más’ a calzón quitado.

La Diputación es un estupendo Parque Temático de la Política Basura. Siempre hay diversión garantizada, como en el circo romano. Vicepresidentes con un máster de gorra; defenestraciones sectarias como el Defensor del Ciudadano; nombramientos cómicos como el jefe de la Oficina de Atención al Alcalde; planes ridículos como Ningún Pueblo sin Pádel. Definitivamente hay que salvar la Diputación; tal y como está la tele, más que nunca.

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